domingo, 27 de febrero de 2011

La verdad sobre el Papa. Por qué lo atacan, por qué tiene que ser escuchado

La verdad sobre el Papa. Por qué lo atacan, por qué tiene que ser escuchado
   «En el centro del magisterio de Benedicto XVI hay una batalla contra el relativismo, batalla hecha con tonos tranquilos y gentiles, pero que centra el problema del hombre actual. Es una convergencia de intereses y de personas que no quieren que el hombre se plantee el problema de la verdad, y que por lo tanto pueda ser fácilmente manipulado»

   El libro “La verdad sobre el Papa. Por qué lo atacan, por qué tiene que ser escuchado” escrito por el periodista vaticanista Aldo María Valli, del principal telediario italiano de la RAI, fue presentado ayer en el Instituto Don Nicola Mazza de Roma. 

      El encuentro fue moderado por el periodista Lorenzo Fazzini e ilustrado por el autor y por el presidente del Instituto de las Obras Religiosas (IOR), Ettore Gotti Tedeschi.

      ¿Por qué el Papa actual es el hombre público más atacado en absoluto, o sus palabras son objeto de fuerte manipulación?, se interrogó Valli: «Porque en el centro de su magisterio —respondió— hay una batalla contra el relativismo, batalla hecha con tonos tranquilos y gentiles, pero que centra el problema del hombre actual. Es una convergencia de intereses y de personas que no quieren que el hombre se plantee el problema de la verdad, y que por lo tanto pueda ser fácilmente manipulado».
      Este fue el tema central del libro, ilustrado con diversos ejemplos vividos en primera persona por el periodista, y también de la presentación realizada en Roma.

      Valli admitió su poco entusiasmo inicial por el actual papa: «Cuando Benedicto XVI fue elegido no fui entusiasta, lo era de Juan Pablo II, un papa que quiso encontrar a tantos pueblos, con cambios positivos como la caída del muro de Berlín». Pero «el espíritu sopla donde quiere, y salió elegido un papa europeo, alemán, un teólogo, ex prefecto de la Doctrina de la Fe»

      «Todas mis expectativas fueron turbadas —recordó—, hasta tal punto que alguien me dijo: "Ese día en el TG1 no se te veía muy contento"».

      Y reveló que «prefería un papa de un país del sur pobre. Pero poco a poco fui siendo conquistado por el pensamiento de Benedicto XVI»

      Este Papa «me ha conquistado con su racionalidad y simplicidad» ha indicado, al plantear «la cuestión más profunda de temas decisivos como la libertad y la verdad y qué es lo que viene antes, y porque nos pidió interrogarnos sobre estos grandes asuntos»

      Lo mismo con quienes no son cristianos, «por ello ha pedido de desempolvar el ‘Atrio de los Gentiles’ al cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura».

      «Los casos de abusos sexuales se añadieron a los ataques habituales. Hechos terribles que sucedieron y fueron usados por el mundo de la información para desencadenar un nuevo ataque y sobre responsabilidades que no eran suyas», dijo.

      Pero el problema de fondo, afirmó Valli, es que «los ataques son debidos a que el Papa pone diversos interrogativos, en los cuales el problema de la verdad es absolutamente central, porque es una auténtica batalla contra el relativismo»

      Esto sucede, añadió, «porque lo que impregna nuestra cultura y mentalidad actual es que la verdad no existe, al máximo diversas verdades como el número de las personas, y que al límite es posible acercarse en mayor o menor medida según las experiencias vividas».

      «Con gran sencillez —prosiguió— nuestro Papa indica que la verdad existe y que si no se la busca no es posible ser plenamente hombres. Que el hombre tiene este anhelo y que si se le niega este deseo se le amputa una parte del mismo». Y por lo tanto «si no se enuncia este problema de fondo no se puede entender su pontificado» dijo.

Leer al Papa
      En el libro se cuentan diversos casos como en enero pasado «cuando Benedicto XVI habla a los embajadores acreditados ante la Santa Sede, sobre la libertad de religión y hace un llamamiento a los responsables musulmanes de los diversos países para que garanticen una auténtica libertad de religión a todos los fieles y a los cristianos»

      «Pero la prensa, de este discurso de cuatro páginas extrae cuatro líneas de un párrafo sobre educación sexual en las escuelas, escritas pensando a la situación española. Y los títulos de los medios fueron: "Ataque del Papa a la educación sexual". Sus palabras fueron manipuladas y esto sucede continuamente»

      Citó otros casos como en el viaje hacia África sobre el Sida y el preservativo, en el que incluso Gobiernos se alinearon contra Benedicto XVI. O cuando en Roma algunos estudiantes y profesores se opusieron a que hable en la Universidad La Sapienza.

      El periodista consideró que la batalla del Papa «no es una batalla de retaguardia, tiene una visión lejana que valdrá incluso cuando nosotros ya no estaremos. Sobre la antropología, sobre qué es el hombre y qué somos nosotros».

      «Al final este papa te conquista en el plano de la racionalidad —dijo— pero es necesario escucharlo y leerlo». E invitó: «Hagámoslo. Algunos enemigos suyos lo han entendido muy bien. Nosotros su rebaño muchas veces lo ignoramos».

      A la pregunta del moderador, sobre si detrás de este plan hay un director, una estrategia, Valli respondió: «El Papa no piensa en un complot, no algo a lo James Bond y ni siquiera a un viejo que mueve hilos. Existe sí, una convergencia de intereses». Y Valli añadió que «el Papa diversas veces ha hablado de persecución pero nunca de persecución externa. Nunca se ha atrincherado diciendo "me están atacando"».

      Y recordó que «en el viaje a Portugal, delante a la Virgen de Fátima el Papa quiso consagrar a los sacerdotes del mundo» porque «la verdadera persecución es la falta de fidelidad, a partir de los consagrados, cardenales, obispos hasta los laicos. El Papa nos llama a tener un rol en esta sociedad y nos debemos interrogar: ¿estamos rindiendo testimonio o nos camuflamos?».

Economía que viene
      El moderador indicó que cuando la Caritas in Veritate fue presentada a puertas cerradas por el profesor Stefano Zamagni a un grupo de banqueros de la City, alguno habría dicho: «Podemos aceptar todo excepto que el Papa meta su nariz en nuestros negocios» y que después de dicha encíclica los ataques aumentaron.

      El presidente del IOR, respondiendo a la pregunta, recordó que, en la introducción y en el capítulo VI, la Caritas in Veritate dice que «el nihilismo no hace bien al hombre, que le hace perder el sentido de la vida, y que entonces no logra distinguir entre medio y finalidad. Y por lo tanto los instrumentos económicos pierden autonomía moral y no sirven más para nada»

      Y precisó que «en la encíclica no se culpa a los banqueros de la City» porque «el Papa explica que la crisis actual es de carácter moral».

      El banquero recordó la encíclica de Juan Pablo II, Sollicitudo rei socialis que indica como «el hombre creció mucho en capacidad tecnológica pero no en el conocimiento y capacidad de usarla» y por lo tanto «existe el riesgo que pierda el control sobre los instrumentos» Y que la Caritas in Veritate retoma este pensamiento: «Los instrumentos no son ni buenos ni malos. Ni siquiera la finanza y los derivados. Es malo el hombre inmaduro y egoísta que los usa mal» dijo.

      Y si para salir de la crisis «usamos mal los instrumentos a nuestra disposición será aún peor», advirtió. 

      El Papa, «en el capítulo VI hace entender cuáles son los instrumentos que preocupan más, como la biotecnología y la tentación del hombre inmaduro que piensa poder sustituir a Dios», subrayó Gotti Tedeschi.

      Y recordó que «quien guiaba el mundo hasta hace poco tiempo atrás eran Estados Unidos y Europa, que para bien o para mal tienen raíces cristianas, aunque estuviesen corruptas, pero donde el sentido de la responsabilidad formaba parte de las mismas».

      En cambio ahora, con el nuevo sistema geocultural las que se afirmarán «serán las de los países de cultura pragmática como China que se funda en el taoísmo, que excluye una divinidad absoluta, y con un poco de maoísmo».

      El presidente del IOR recordó por lo tanto la importancia de recristianizar Europa, «que está paganizada pero que aún es fuerte en la cultura y las ideas, después de tres mil años de civilización».

ALMUDÍ

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